Mapa con Google My Maps con información sobre las zonas de influencia directa e indirecta de las actividades petroleras planificadas por el Consorcio Bloque 28, que serían el inicio de la actividad extractiva en la provincia de Pastaza.
El 20 de octubre del 2018, al llevarse a cabo un proceso asambleario, los moradores del Puyuyacu, Parroquia de Mera, cantón Pastaza resuelve declarar “que los recursos hídricos y naturales, no son negociables con ninguna transnacional petrolera porque somos la ruta del agua”[1].
Por otro lado, se conoce del proyecto petrolero que contempla la “Construcción de una plataforma y su vida de acceso y la perforación de un pozo exploratorio y dos de avanzada en el área de interés anticlinal Mirador, Bloque 28” en una zona muy sensible por ser donde se generan las nacientes de agua de la cuenca del Río Pastaza.
El Río Anzu, es la fuente de agua más cercana al proyecto petrolero. Se extiende aproximadamente unos 50 km desde su nacimiento en el Parque Nacional Llanganates. (EIA 2018, 124). El proyecto está situado en la subcuenca del Río Anzu, teniendo cerca de la plataforma a varios de sus afluentes menores (EIA 2018, 72).
El valle del Río Anzu es espacio del Corredor ecológico Llanganates-Sangay, zona de conexión ecológica importante dadas las evidencias científicas de su alta biodiversidad. La importancia de las fuentes de agua que se generan en la cordillera oriental, en el Parque Nacional Llanganates, que son fuente de agua de consumo para la población de las ciudades y poblados de la provincia de Pastaza que, si son contaminadas por la actividad petrolera del Bloque 28, dejarían consecuencias en la salud de la población.
Con la explotación petrolera futura en esta plataforma, existe riesgo de derrames petroleros o vertidos de desechos de esta actividad sobre el Río Anzu con esto, se estaría afectando los derechos vitales de las comunidades que habitan aguas abajo ya que estarían contaminados por el desplazamiento de cualquier producto contaminado vertido en el río.
Según el Estudio de Impacto Ambiental del proyecto, la superficie a intervenir tiene un total de 3,8 Ha, y corresponde a remanentes de bosque Maduro secundario, franjas de pastizales y cultivos de naranjilla en las cercanías” (EIA, 2018: 475).
Sin embargo, la explotación territorial (considerando las afectaciones al aire y ruido), considerada como afectación directa por el EIA del proyecto, suman un total de 64 hectáreas.
Además, la afectación indirecta hacia el componente biótico en la zona del proyecto, da por “el efecto de borde que ocurre por la fragmentación del hábitat producto de la infraestructura al instalarse.” (EIA 2018, 461). generando una afectación de 96 hectáreas (400 metros alrededor de la plataforma y 150 metros alrededor de la vía de acceso).
Habría dos comunidades indígenas que tendrían una posible afectación por las actividades de construcción y el funcionamiento de la actividad petrolera: la Comuna Pucayacu y Comuna Puma Urco.
[1] Providencia de admisibilidad de investigación defensorial. Marzo 2019