La minería mecanizada en manos de empresas, genera un fuerte impacto ambiental sobre el
espacio a ser minado, en este caso sobre los suelos de los ríos y sus orillas, pero también
sobre el área por donde se transporta su maquinaria. Necesitan abrir caminos de acceso y
eliminar todo aquello que se encuentre sobre el suelo para colocar sus máquinas, establecer
campamentos y excavar para acceder a lo que se encuentra debajo de la superficie de las
orillas o cauces de ríos. Estos lugares y los bosques circundantes se convierten en lugares
exclusivos para la minería. Ninguna otra actividad es posible y no quedan otros seres
humanos o no humanos. Lo que interesa es el oro.
Las zonas mineras son espacios totalmente deforestados, donde se remueven
grandes cantidades de arena y rocas haciendo enormes huecos donde el agua es usada para el
lavado de las rocas y la arena y los ríos son usados como lugares de desechos. Al ser minería
aluvial se utilizan químicos para la separación del oro causando envenenamiento de los ríos.
Por la característica de la minería aluvial, entre las denuncias más frecuentes se encuentran
las afectaciones a los ríos, que durante el proceso de extracción se convierten en lugares
peligrosos y negados para los usos comunitarios, de recreación, de prácticas de otros saberes
y otras actividades económicas como el turismo. De acuerdo a una investigación acerca del
contenido de cadmio en el cacao, las zonas cercanas a la extracción minera están más
afectadas que las más alejadas, encontraron que es 500 veces más alto que los límites
permitidos por regulaciones ecuatorianas y estadounidenses.
Lo que frecuentemente se denuncia es el envenenamiento con mercurio, cianuro e
hidrocarburos que son vertidos al agua y esta deja de ser apta para el consumo humano, se
mueren los animales como los peces y las plantas, afectando la alimentación de las
poblaciones ribereñas y de otras especies 28 . En el mapa 2, se observan las agresiones
cometidas hacia comunidades indígenas y campesinas, que la contaminación del suelo se
aleja de las orillas hacia lo más interno de la selva.
Existen numerosas denuncias de afectaciones a diversos ríos a través de los cuales la
contaminación se extiende sobre la cuenca del Amazonas, como el Anzu y Jatunyacu y sus
afluentes, que alimentan las aguas del río Napo. Además de otras zonas como la del río
Punino, al norte de la provincia de Napo, afectando la importante cuenca del río Coca. Las
denuncias preocupan por la conexión de los ríos con las poblaciones aguas abajo, haciendo
exponencial la contaminación de los territorios y con esto la salud de las poblaciones.
Asimismo, durante desde 2020 hasta el 2024, los ríos sobre los que se ha presentado mayor
alerta son el río Punino y las nacientes de los ríos en la reserva Colonso-Chalupas por ser
lugares donde recientemente se han abierto nuevos frentes mineros en Napo.