En la lucha por la tierra, por la selva y por la justicia, nadie se cansa.
El 8 de marzo, en el marco del día internacional de la mujer, mujeres indígenas de distintas nacionalidades de la provincia de Pastaza (Kichwa, Shiwiar, Shuar, Achuar, Waorani, Sapara y Andoas), se dieron cita en la ciudad de Puyo en defensa de la autonomía en sus territorios, de la selva y el objetivo común de dejar el petróleo bajo tierra.
Las mujeres en resistencia al extractivismo reconocen que la contaminación, la transformación de sus territorios y de las relaciones sociales les impacta de forma diferenciada a sus cuerpos y sus relaciones con el espacio. Las actividades extractivas suelen desvalorizar el trabajo de las mujeres, dividir comunidades e incentivar la violencia hacia los cuerpos femeninos. Sin embargo, a pesar de estos impactos, en muchas ocasiones ellas no participan en espacios de decisión y son los hombres de las comunidades quienes tienen la interlocución con las empresas, aceptando proyectos sin consultar a las mujeres.
El evento inició con una ceremonia para dar fuerza a las participantes, seguida por cantos de mujeres de algunas de las nacionalidades, cerrando con un foro. Uno de los temas del foro fue el de cambio climático. Esperanza Martínez, de Acción Ecológica, indicó que el cambio climático debe discutirse en conjunto con la explotación petrolera. Recordó que uno de los compromisos de la COP 21 que se llevó a cabo en París el año pasado, fue el de reducir la explotación petrolera a nivel mundial, pero en contraste, el presidente Rafael Correa insiste en explotar hasta la última gota de petróleo.
Gloria Ushigua, desde la nacionalidad zápara expresó su tristeza y preocupación ante la decisión de explotar los bloques 83 y 79, que afectan directamente su territorio (Ver el territorio zápara concesionado). Ella teme que con la explotación desaparezca su nacionalidad ya que son muy pocos actualmente, y las actividades petroleras amenazan su permanencia en el territorio por la violencia que implica.
Por su parte, Alicia Cahuiya, waorani, manifestó que no desea que los pueblos no contactados como los Taromenane tengan que sufrir las consecuencias de la explotación petrolera con la apertura de más concesiones. Esto ante las tensiones territoriales entre la nacionalidad waorani y pueblos no contactados que se vienen expresando en el territorio, acentuadas por la intervención de madereros y empresas extractivas (ver mapa de tensiones en torno al territorio waorani).
Con el propósito de extraer todo el petróleo que puedan, el gobierno y las empresas han pasado por encima de los derechos humanos y territoriales en la Amazonía. Así, en el foro se denunció la ausencia de consultas previas de las petroleras a las comunidades, tanto en territorios indígenas como mestizos. Por parte de los territorios de poblaciones mestizas, Nina Osorio exponía cómo el bloque 28 afecta cuencas hidrográficas de la Amazonía centro sur, y muestra directamente cómo esta actividad extractiva también afecta poblaciones mestizas y urbanas.
Nina indicaba que la lucha contra la explotación petrolera no sólo corresponde a comunidades indígenas y rurales, también las personas de las ciudades tienen la responsabilidad de que con sus acciones el petróleo siga bajo tierra. La ex asambleísta Diana Atamaint puso como ejemplo a Yasunidxs, que desde espacios urbanos se comprometieron con la defensa del Parque Nacional Yasuní ante actividades extractivas.
En este foro también estuvieron presentes mujeres indígenas de la nacionalidad Ponca, desde Oklahoma, Estados Unidos, solidarizadas con las mujeres amazónicas desde la experiencia propia de los impactos de actividades petroleras en sus territorios ancestrales. Exponían además cómo en los últimos años se ha sumado el fracking a sus territorios, ocasionando más de 3.000 temblores hasta el momento.
Este día estuvo presente el nombre de Berta Cáceres, líder indígena del pueblo lenca en Honduras que fue asesinada el 3 de marzo, en su defensa de los territorios y derechos colectivos de su comunidad, asediada de megaproyectos. Se recordó a esta mujer que, como las mujeres amazónicas y las de otras geografías, levantan sus voces y luchan cada día en contra del avance capitalista que ocasiona despojos y muerte.
Después de exponer sus preocupaciones y objetivos comunes para que el petróleo siga bajo tierra y las comunidades tengan autonomía en sus territorios, cerca de 400 mujeres, niños, algunos de sus compañeros, personas de colectivos y organizaciones sociales, salieron a las calles de Puyo para expresar que en la lucha por la tierra, por la selva y por la justicia, nadie se cansa.
Por Diana Murillo, Colectivo de Geografía Crítica Ecuador.