La minería metálica a gran escala, una actividad relativamente nueva para el país, está en auge en el Ecuador. Resultado de una campaña agresiva por parte del gobierno nacional para promocionar Ecuador como un país minero, actualmente alrededor del 15% del territorio continental está concesionado por empresas mineras. Este porcentaje probablemente seguirá aumentando, ya que el potencial minero del subsuelo ecuatoriano ha despertado el interés de varios gigantes de la industria minera transnacional, entre estos la empresa australiana Newcrest y BHP Billiton.
Por ser un sector nuevo en el Ecuador, hay poco conocimiento y experiencia con proyectos de esta magnitud, y con los impactos y riesgos que implican. En este estudio se busca, por tanto, analizar los riesgos ambientales que representan los proyectos de minería metálica a gran escala que se están desarrollando en el país, con énfasis en los riesgos relacionados con las piscinas de relaves. Las piscinas de relaves son los depósitos de los residuos mineros, obras que son ampliamente reconocidas por ser los elementos más complejos y riesgosos de un proyecto minero a gran escala.
El análisis se enfoca en dos proyectos emblemáticos del sector minero. El primero es el proyecto cuprífero Llurimagua en Íntag (provincia de Imbabura), y el segundo es el proyecto cuprífero Mirador en Tundayme (provincia Zamora Chinchipe).