Colectivo de Geografía Crítica de Ecuador

Geografiando para la Resistencia

El Oriente fragmentado

Uno de estos viajes que te ponen en contacto directo con la cruda realidad. Nos pidieron acompañar a un trabajo de campo en una comunidad Secoya, afectada por la presencia de un campamento petrolero cercano a unos pocos metros. Ciento cincuenta hombres, la mayoría foráneos, próximos a una comunidad indígena de no más de 300 personas. Hombres que trabajaban en duras condiciones, como si de un régimen militar se tratara. Mala comida y una colchoneta para dormir, trabajando a diario 9 o 10 horas. Y claro está, la comunidad Secoya como principal fuente de distracción.

Algunos líderes comunitarios habían mostrado su preocupación tras la presencia del campo por algunos meses. Al parecer, había cierta tensión en el poblado debido a la presión ejercida por los trabajadores del campamento. Había quienes hablaban sobre acoso y hacia las mujeres y las niñas, lo que animó a que algunos dirigentes solicitaran una investigación.

Los Secoya son gente de bellos rasgos, eso fue uno de los aspectos que más me llamó la atención al llegar. Sus facciones podrían trasladarte a cualquier lugar del Asia Oriental. Las niñas y los niños juegan afuera de las casas, riendo y hablando en su lengua nativa, reforzando la sensación de haberte perdido por Vietnam o Corea. Es sorprendente cómo, a pesar de la evidente erosión cultural, mantienen tan vivo su idioma.

Nos encontramos con un pueblo devastado, con un territorio agredido por las multinacionales y por el propio Estado. Como siempre ocurre en este tipo de asentamientos, con el volante petrolero se dieron casos de violación, aumentó el consumo de alcohol y la violencia contra las mujeres. La instalación del campamento se suma a una larga serie de injerencias externas a la soberanía de este grupo, cuya origen se remonta a los primeros contactos con los misioneros y el Instituto Linguístico de Verano.

Mantengo viva en mi memoria la entrevista realizada a una de las familias. Relatos sobre los prostíbulos montados para los trabajadores, violaciones a menores, corrupción entre la dirigencia… El modus operandi bajo el cual este tipo de asentamientos tienen lugar. Las denominadas economías de enclave extraen los recursos y transfieren los excedentes a otros lugares mientras que, una vez se marchan del lugar, sólo dejan los residuos y un tejido social desmembrado.

El horizonte de las personas de este tipo de comunidades no es otro sino seguir trabajando para las petroleras o cultivar palma africana. Y es que así es, las perspectivas en el oriente, para muchos, se reducen a este abanico de opciones. Sin ningún otro proyecto que ofrezca alternativas, los mismos habitantes nativos están minando su propio futuro. Y la mayoría no puede permitirse el lujo de ver más allá.

Siguiente Entrada

Anterior Entrada

1 Comentario

  1. Pwdro Cuello septiembre 17, 2013

    PEDRO-Todos los gobiernos populistas son una basura.Desde Argentina al Ecuador

© 2024 Colectivo de Geografía Crítica de Ecuador

Tema de Anders Norén