Compartimos el posicionamiento del movimiento internacional por la justicia climática tras la decisión de las Naciones Unidas de cambiar la sede de la COP25 de cambio climático de Santiago de Chile a Madrid.
Si quieren firmar el pronunciamiento o leerlo en inglés o francés, pueden ingresar aquí.
En respuesta al anuncio de Sebastián Piñera de suspender la COP25 en Chile, nosotros como sociedad civil internacional reafirmamos nuestra solidaridad con el pueblo de Chile, sus demandas contra la austeridad y crecientes inequidades. Así mismo condenamos la violenta represión y violaciones a los derechos humanos ejercidas por parte del gobierno y los militares contra su pueblo.
Hace pocas semanas, protestas masivas se han tomado las calles de Chile en respuesta a la desastrosa economía neoliberal y a las políticas sociales que han profundizado desigualdades e injusticias, al igual que conflictos medioambientales a lo largo del país. Aún cuando las protestas se iniciaron por el incremento en las tarifas del transporte público, está claro que el descontento de los Chilenos posee raíces mucho más profundas y está muy conectado con la emergencia medioambiental y a la crisis de inequidad.
En respuesta al levantamiento social, el Presidente Piñera ha desplegado una ola de violenta represión, autorizando a los militares en las calles, instalando el toque de queda bajo el ahora ya levantado estado de sitio, atacando, torturando, violando y matando a manifestantes no violentos. Esta horrible represión trae consigo recuerdos del 11 de septiembre de 1973, cuando el gobierno democráticamente elegido fue violentamente depuesto, desplegando implacablemente la violencia neoliberal hasta hoy.
La decisión del gobierno Chileno de retirar a Santiago como ciudad anfitriona de la COP25 es un intento desesperado para desviar la atención de la comunidad internacional del profundo entramado de inequidad social e injusticias medioambientales que impactan las comunidades a lo largo del país, y de la violenta represión de los que se oponen a estos.
El pueblo y los movimientos sociales de Chile no serán silenciados, y nosotros nos mantendremos de pie en solidaridad con ellos y sus demandas por justicia social, medioambiental y económica. COP25 podrá dejar Chile, pero no nuestra atención. no permitiremos que la reubicación de la COP a España propicie un aún mayor estado de represión. Apoyamos las demandas del pueblo chileno y de sus organizaciones y movimientos sociales, incluyendo el llamado a una asamblea constituyente y para el gobierno de Piñera el retiro de las tropas militares de las calles, parar la represión y las horrendas violaciones a los derechos humanos.
La crisis político social desplegada en Chile no puede ser separada de la crisis hídrica o de una crisis ecológica más amplia. COP25 ofrecía la oportunidad brindar nueva luz sobre las injusticia climática que afecta a comunidades en Chile, donde las políticas extractivistas han creado enormes zonas de sacrificio. El país ha experimentado una histórica mega sequía en las últimas décadas como resultado de la sobreexplotación de los recursos debido a la agricultura industrializada y de las mega industrias mineras, junto con un sistema de aguas altamente privatizado y agravado por un clima exponencialmente desestabilizado.
Las demandas del pueblo y de los movimientos en Chile están intrínsecamente ligados a las demandas de justicia climática, pues no puede haber justicia climática sin justicia social y económica. La rebelión de diversos sectores de la sociedad contra el modelo económico neoliberal es indicador de su responsabilidad en generar inequidad, produciendo injusticia climática y socavando el bien común.
La sobre-explotación neoliberal de los recursos naturales en Chile ha tenido un impacto particularmente duro en las vidas y estilos de vida de los pueblos indígenas, campesinos y obreros, con violaciones a gran escala de los derechos humanos, de sus tierras y otros derechos. Los grupos indígenas han sido desproporcionadamente atacados, por medio de leyes terroristas draconianas, al defender sus comunidades, tierras y agua.
Nosotros apoyamos solidariamente a las comunidades de vanguardia en Chile y en todas partes. Reafirmamos que la justicia climática implica justicia social, económica y ecológica.Condenamos la violenta represión de defensores medioambientales, los derechos humanos, violaciones a los derechos indígenas y el aumento de la mano dura sobre los pueblos y movimientos sociales en todo el mundo.
La decisión de la UNFCCC y del gobierno Español de permitir que Chile mantenga la Presidencia de la COP25 mientras reubican el evento a Madrid con solo un mes de aviso, conlleva consecuencias catastróficas para los movimientos de la sociedad civil alrededor del mundo. Este es solo un ejemplo más del premeditado aislamiento de las bases de los movimientos democráticos del mundo de los espacios de toma de decisiones.
En este contexto Eurocéntrico, que favorece a participantes que tienen la capacidad y recursos para asistir, nosotros reafirmamos que no puede haber negociaciones climáticas significativas sin la participación del Sur Global y movimientos de justicia globales. Pedimos por un cambio de este contexto para facilitar una participación significativa de actores del Sur Global, para centrarnos en las voces de las comunidades más afectadas y vulnerables, de movimientos demandando cambios en la justicia social, económica y medioambiental, y para que la COP ponga los intereses de los pueblos por sobre el capital.
Específicamente, nosotros pedimos a la UNFFCCC y al gobierno Español ayudar a aquellas organizaciones del Global Sur que sufrieron significativas pérdidas financieras como resultado del cambio de sede y que ahora enfrentan la abrumadora tarea de aplicar a Schengen visas y rehacer reservaciones para el viaje.
Además solicitamos a la UNFCCC yespecialmente al gobierno Español que no permita al gobierno Chileno presidir la COP25.
La Cumbre de lo Pueblos y la Cumbre por la Acción Climática se realizará en Santiago, y apoyamos en solidaridad con los grupos facilitadores de estos cruciales espacios a pesar de los intentos del régimen para cerrar los movimientos chilenos y minar la solidaridad internacional. Algunos de nosotros viajaremos a Santiago, otros viajaremos a Madrid, y muchos de nosotros no viajaremos. Donde sea que estemos, continuaremos exigiendo justicia climática y organizando un cambio en el sistema.
La justicia climática busca crear “un mundo donde caben muchos mundos”, un movimiento donde caben muchos movimientos. Ante el aumento de la represión y mano dura con los movimientos sociales que tiene el fin de dividirnos, estamos más unidos que nunca en la lucha por la justicia.
Firmas iniciales:
Aclimatando
ActionAid International
Amazon Watch
Aotearoa New Zealand Human Rights Foundation
Asia Indigenous Peoples Network for Extractive Industries and Energy
Asian Peoples Movement on Debt and Development
Association Adéquations
Colectivo de Geografía Crítica del Ecuador
Colectivo VientoSur
Cooperación entre Pueblos Americanos
Corporate Accountability
Corporate Europe Observatory
Earth in Brackets
Eco Justice Valandovo
Ecologistas en Acción
Engajamundo
Environmental and Climate Justice Hub
Friends of the Earth International
Gastivists
Gender and Water Justice
Global Campaign to Demand Climate Justice
Global Forest Coalition
Global Justice Ecology Project
Green New Deal UK
Human Hotel
Indian Social Action Forum
Indigenous Environmental Network International
Institute for Agriculture and Trade Policy International
Italian Climate Network
Kikandwa Environmental Association
London Mining Network
Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático
Oil Change International
Organización socio ambiental Guardianes de Hierro
People & Planet
Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático
Reclaim the Power
SustainUS
UK Youth Climate Coalition
War on Want
Women Engage for a Common Future International
Women’s Earth and Climate Action Network
WoMin African Alliance
Wretched Of The Earth
Young Friends of the Earth Macedonia
350.org